La decisión de tomar un préstamo o utilizar una tarjeta de crédito no es otra cosa que una decisión de gastar hoy día ingresos que se esperan recibir en el futuro.
Aunque esto parezca obvio, son muy pocas las personas que realmente hacen este cálculo mental antes de hacer uso del crédito. El crédito nos permite aumentar los niveles de consumo actual, pero en la mayoría de los casos, implica una reducción mayor del consumo en el futuro, debido al pago del capital e intereses. Decimos en la mayoría de los casos, porque hay créditos “productivos” cuya utilización genera un crecimiento en los ingresos futuros, por lo que no con- llevarían una reducción en la capacidad de consumo futuro. Un ejemplo de esto podría ser la inversión en una micro empresa, o un préstamo educativo. La clave está en el propósito del crédito.
El acceso al crédito es uno de los elementos más importantes que potencializan, a través del tiempo, el bienestar y el progreso económico de los ciudadanos. Mejora la distribución del ingreso nacional, el crecimiento económico y la estabilidad social.
El buen o mal uso del crédito marca la diferencia entre el progreso, estancamiento o deterioro económico de una persona. El buen uso del crédito por parte del consumidor no es responsabilidad del Estado, ni de la institución de crédito, sino únicamente de la decisión del consumidor. En TuCrédito.com.do puede encontrar herramientas que contribuyen a mantener la “salud crediticia”.
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