lunes, 10 de marzo de 2014
Enfermedades del corazón matan más que el cáncer en República Dominicana
La atención dedicada a enfermedades catastróficas como el cáncer, desvía la mirada de otros padecimientos tanto o más mortales que este, como lo son las enfermedades cardiovasculares.
Por ejemplo, de cada diez mujeres que mueren en República Dominicana, ocho fallecen por enfermedades cardiovasculares, mientras sólo dos lo hacen como consecuencia de algún tipo de cáncer.
El número de pacientes con problemas cardiovasculares aumenta desmesuradamente, al igual que los factores que incrementan el riesgo de padecer o morir por una enfermedad el corazón.
Estudios realizados en la población local señalan que el 35 % de los adultos mayores de 18 años sufre de presión alta. Y peor aún: la gran mayoría de ellos aún ni siquiera lo sabe o no está llevando el tratamiento adecuado para preservar su vida.
Así lo afirmó en una entrevista a este diario el cardiólogo Ernesto Díaz Álvarez, director médico del Instituto Dominicano de Cardiología, quien resaltó algunos de los datos obtenidos en el Estudio de Factores de Riesgo Cardiovascular (Efricar), realizado en el 1998 y 2011 para determinar los marcadores de riesgos para eventos cardíacos, a saber: hipertensión, colesterol, obesidad, sobrepeso, tabaquismo y sedentarismo.
La investigación de campo realizada por el Instituto Dominicano de Cardiología, la Sociedad Dominicana de Cardiología y la Sociedad de Endocrinología, y dirigida por el doctor Rafael Pichardo Estévez, ha revelado datos alarmantes que llaman a la población a hacer un cambio de hábitos para evitar entrar en el renglón de riesgo por enfermedades cardiovasculares, las cuales provocan un 38 % de las muertes de este país.
Amenaza de muerte. Los diabéticos, las personas en sobrepeso, colesterol alto y diabetes, entre otros, tienen un alto riesgo cardiovacular. Y el aumento en la cantidad de pacientes con estas enfermedades complica el panorama y “promete” una mayor cantidad de enfermos del corazón.
“El 35 % de los adultos mayores de 18 años sufre de la presión alta, y muchos de ellos son dependientes del consumo de sal, lo cual también contribuye a desarrollar enfermedad cardiovascular. El 27 % es obeso. Cuando usted suma obesidad y sobrepeso, el prociento llega a 60. El 10 % es diabético y el 26 % sufre de colesterol alto”, señaló Díaz Álvarez.
“Cuando El Efricar se hizo por primera vez, en 1998, los diabéticos eran 3 %. En 2011 ya habían ascendido al 10 %. Y así ha pasado con todo: tenemos más gordos, tenemos más obesos, más diabéticos, colesterol más alto, más hipertensos. Se supone que el 35 % de los mayores de edad de este país es hipertenso. Estamos hablando de que si tenemos 6 millones de personas mayores de 18 años, de esos, hay dos millones de hipertensos. Y lo peor es que solo el 20 % de ellos esta controlado o bien tratado”, dijo.
El especialista Ernesto Díaz Álvarez advirtió que de mantenerse el aumento en las cifras de factores de riesgo, se triplicarán la cantidad de infartos e infartos cerebrales.
“No habrá presupuesto que pueda tolerar los costos de salud que eso va a ocasionar. Por eso llamamos la atención al gobierno central, para crear una política de prevención cardiovascular que aquí no existe ni en el sector público ni en el privado, porque es más económico y mejor prevenir que tener que curar”, agregó, enfático, el galeno.
Dos caminos: la muerte o la discapacidad. A diferencia de otros padecimientos, que deterioran lenta y visiblemente al paciente, las enfermedades cardiovasculares se manifiestan de forma fulminante, ocasionando la muerte al paciente o dejándolo en estado de discapacidad.
De hecho, se dice que los accidentes cerebrovasculares (ACV) son la primera causa de discapacidad en adultos, porque luego de un “derrame” (como comúnmente se conoce a los ACV), estos pierden movilidad en un lado del cuerpo.
“Las enfermedades cardiovasculares tienen dos caminos: o lo matan o lo discapacitan. Y los discapacitados por accidentes cerebrovasculares son tantos que ya no se pueden ni sumar. Cuando un padre de familia entra en la categoría de discapacitado por un infarto o un derrame cerebral, su familia es arrastrada hacia la pobreza. Pero la familia tiene que vivir, y no hay empleos suficientes. Entonces, algunos delinquen. Estamos acarreando esa inmensa cantidad de familias hacia la pobreza; ya eso además de componente salud, se convierte en un componente social y de seguridad”, aseguró el cardiólogo.
Cuidado con la sal
“Nosotros comemos con mucha sal. La OMS ha planteado para el 2020, que el objetivo es que cada ser humano consuma menos de 5 gramos de sal al día. Cuando usted se come un plato de arroz con habichuelas y carne, y esa carne le echan una sopita, ese consumo de sal se aumenta a 14 gramos. Imagínese, si la OMS habla de 5 gramos y usted consume 14 gramos al día y hay un 40 o 50 % de hipertensos que son sal-dependientes. Si la gente sabe que sufrir de azúcar le va a dañar el corazón, que tiene hipertensión, le puede romper una arteria y dejarlo paralítico por el resto de su vida, entonces se deben hacer cambios en los hábitos de vida”.
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