jueves, 16 de abril de 2015
Nuestro olor puede hacernos más atractivos. ¿Cómo potenciarlo?
Hace muy poco estuvimos hablando de aromas y las fragancias. De hecho, la importancia del olfato es crucial cuando deseamos crear una atmósfera de atracción o por lo menos de mejor empatía con el otro. Así los sugiere un estudio efectuado por la Universidad de Bremen que interpreta al “olor” como un factor que adquiere notable relevancia en la atracción sexual.
Notablemente, la investigación revela que para la mayoría de los encuestados los olores más cautivadores sexualmente son: olor corporal sin perfume 49%, axilas 24% y olor de pecho 21%.
En el estudio participaron hombres y mujeres de entre 15 a 84 años de edad. Aproximadamente la mitad del grupo seleccionado reconoció que lo excitaba el olor corporal de sus parejas. Un 46% del universo de este sondeo experimental aseveró también que el cuerpo perfumado le resultaba altamente atractivo sexualmente.
Una de las respuestas científicas que se ofrecen es la existencia de un complejo genético que interviene en el sistema inmunitario llamado Complejo Principal de Histocompatibilidad (MHC, acrónimo para el inglés major histocompatibility complex), que contribuye a determinar la resistencia frente a las enfermedades. Se descifra de ello que los seres humanos vamos buscando parejas que tienen un MHC distinto al nuestro, pues así el futuro bebé tendrá dos tipos de paquetes de genes resistentes a las enfermedades, aumentando su fortaleza frente a posibles dolencias. Se concluye entonces, que las personas prefieren el olor de individuos cuyos genes para este complejo sean distintos de los propios.
Parece que gran parte de la atracción temprana que sentimos hacia alguien proviene de un proceso que no controlamos conscientemente, donde nuestros genes se las ingenian para determinar en cierto grado quiénes pueden ser buenos sujetos para ser amados. Y en ese proceso interviene especialmente el olfato.
[Relacionado: Cómo interfiere el aroma en la química del amor] El olor es un factor erótico y esta química potencia la atracción . Pero... ¿Cómo interviene en este proceso el marketing cosmético? ¿Los desodorantes, colonias y perfumes ayudan a hallar amantes compatibles? Las grandes empresas han logrado crear fragancias con feromonas atrayentes y encantadoras que en cierta manera pueden engañar a nuestro sistema durante un tiempo. ¿Por qué utilizan feromonas? En los estudios recientes sobre sexualidad biológica del “Karolinska Institutet” de Estocolmo, se ha investigado sobre el olor de las hormonas sexuales presentes en el sudor, llamadas feromonas, que provocan deseo sexual en muchos animales. Se ha demostrado que las feromonas también juegan un papel poderoso en la sexualidad humana.
Nos acercamos a una mujer y al instante algo sucede en nuestro interior. No es una casualidad del amor, están actuando las feromonas. Nuestro olfato no sólo permite percibir olores, también tiene un sentido sexual. Nos hace sentir atraídos por otras personas, provocándonos una especie de amor a primer olfato.
Algunos perfumes se basan en un concentrado de feromonas humanas sintetizadas en laboratorio y sirven como aditivo cosmético olfativo. La comunicación publicitaria de estos productos propaga el mensaje de que tales esencias aumentan el deseo para el contacto sexual, haciendo a la mujer más receptiva frente a su pareja masculina y viceversa.
[Relacionado: Guía para elegir tu fragrancia ideal]
Sin embargo, no existe el perfume perfecto para todo el mundo, tampoco puedes salir a adquirir en una tienda la sustancia “mágica” que contenga tus propias feromonas, para potenciarlas. Tú tienes tu propia marca olorosa que te identifica, te diferencia y te hace atractivo para los demás. No hay como el método natural para vigorizar este proceso: Se sabe que las actividades sexuales frecuentes y satisfactorias son el mejor estimulante para aumentar la producción de feromonas, relacionada con una región del cerebro denominada hipotálamo. También las activan la práctica de ejercicios y básicamente, todo aquello que cause placer, aunque este no sea directamente sexual.
Obviamente que se puede recurrir a los perfumes con feromonas si te gustan, pero no desestimes todo lo que tú puedes contribuir, estimulando tus propios centros hipotalámicos.
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