martes, 28 de abril de 2015

No le tema al préstamo para su primera vivienda



Cuando una pareja de jóvenes decide casarse y emprender un proyecto tan importante y delicado como el matrimonio, en lo primero que se enfocan es en la posibilidad de adquirir una vivienda propia, lo cual puede ser posible si ambos tienen niveles de ingresos suficientes como para ahorrar el monto del inicial y poder cubrir el pago mensual del financiamiento.

Pero luego de ahorrar el inicial de una vivienda de RD$3 millones, por ejemplo, que serían unos RD$600,000, es preciso tomar un préstamo de aproximadamente RD$2.4 millones que a un plazo de 20 años para pagar y con las tasas de interés actuales puede que les implique una cuota mensual por el orden de los RD$35,000 a RD$40,000.

Si ambos tienen empleos con ingresos de alrededor de RD$50,000 mensuales cada uno es posible que califiquen para el préstamo y en todo caso tendrían que “bandeárselas” para mantenerse con los RD$60,000 a RD$65,000 mensuales restantes. En ese caso, la disciplina en las finanzas personales es imprescindible.

Tal vez piensen en no tener hijos para gastar menos, pero es posible que la llegada de un bebé sea un impulso efectivo para seguir adelante, por lo que no es mala la idea de hacer crecer la familia cuando se tiene el proyecto de comprar una vivienda.

Pero como se trata de un financiamiento grande, son jóvenes y responsables, es posible que sientan temor de asumir un crédito tan alto para pagar casi RD$40,000, pues surge el miedo de si uno de los dos o ambos pierden su empleo, si se produce una crisis económica o un imprevisto indeseado y corren el riesgo de caer en mora o de perder la vivienda. Eso es algo que posiblemente le pase por la mente a todo el que ha estado o está en trámites para contraer un financiamiento de la compra de su primera vivienda.

Mi consejo es el no teman ni se intimiden pensando en los posibles inconvenientes. En primer lugar, hay que ser positivo, si un joven profesional tiene un empleo de RD$50,000 es seguro que puede conseguir un trabajo similar o mejor en caso de dejar de laborar en donde está en la actualidad.

Además, en caso de correr el riesgo de caer en mora, lo ideal es acercarse a su banco, el que le prestó el dinero, le explican la situación y, aunque la entidad financiera siempre gana, de seguro que le buscarán la vuelta, harán todo lo posible para renegociar ese crédito, las cuotas y los plazos antes de pensar en la opción de quitarles el apartamento. A los bancos no les interesa embargar los bienes en garantía de los préstamos, lo que les interesa es seguir prestando y que les paguen, por lo que el riesgo de perder la casa es la última opción.

Pero en un caso peor, en donde los dos se vean en la real imposibilidad de seguir pagando el apartamento, entonces pueden resolverlo vendiendo el inmueble, pues de seguro que conseguirán un precio suficiente para saldar la deuda acumulada y para no quedar con compromisos pendientes, aunque se queden sin casa. Es decir, por más que se pierda, nunca se pierde más de lo que se ha ganado.

Por lo tanto, desde aquí les aconsejamos a los jóvenes que en este momento están ahorrando para adquirir su primera vivienda, que no le teman al financiamiento, que se metan en el “lío”, como se dice en buen dominicano, porque difícilmente se vean en el riesgo de perder su vivienda.

Pero no olviden que deben ser disciplinados, no incurran en gastos innecesarios, no compren un vehículo financiado de alto costo si están en proceso de préstamo para una vivienda. En todo caso, si tienen un carrito utilitario, quédense con ese hasta que el tiempo determine una mejoría.

Los lujos deben dejarse a un lado, los placeres de gastos en restaurantes, fines de semana en resorts y viajes al exterior, deben también reducirse en frecuencia para concentrarse sólo en las actividades de ocio que no impliquen muchos gastos.

Esa es la mejor forma de contraer un compromiso económico grande, para la adquisición de un inmueble propio que cambiará su forma de ver la vida, pero que a la vez les dará la seguridad y la satisfacción de haber adquirido algo que durará para siempre y fue el fruto del esfuerzo conjunto de ese hermoso proyecto de familia que inició con su matrimonio.

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