jueves, 23 de abril de 2015
Aquellos vientos, esta Fronda by Dr. Homero Luciano
En Veinte Años Después, novela que leí en mi adolescencia, supe por primera vez de La Fronda, ese movimiento con el que Aramís (El Mosquetero) estuvo secretamente vinculado.
En realidad, La Fronda fue una serie de insurrecciones ocurridas en la Francia del siglo diecisiete, teniendo como telón una coyuntura de gran depresión económica y graves problemas dentro de las organizaciones políticas y sociales, originando estas acciones la plataforma que durante un lustro azotó a esa sociedad y que la historia recoge con este nombre, en virtud a las hondas que sirvieron de pertrecho a los sublevados de ese levantamiento social en París.
(“Se ha levantado un viento como de Fronda, / que contra Mazarino dicen que sopla./ Si al fin aumenta, es posible que traiga fuerte tormenta”…… A. Dumas).
Este capítulo de la historia francesa ha dejado huellas tan marcadas, que aun en nuestros días, cuando se otean en el panorama político tempestades de funestas consecuencias suelen pronosticarse como: “Soplan vientos de Fronda”.
El Dr. Leonel Fernández, recientemente puso de moda “soplan los vientos” insinuando que su presencia en el escenario político provocaría un huracán indetenible, que lo conduciría otra vez a ser el primer magistrado de la nación.
Pero, ¡qué ironías tiene la vida!….después del ensordecedor rugido en el centro olímpico, donde el León cantó y bailó, y una guardia Pretoriana se formó en filas, espada en manos prestos al ataque. Desplegaron como águilas sus alas y el caballo relinchó briosamente en la pradera. Siete días después, salidos del oriente, el Príncipe sale con sus tropas disminuidas y obligado a replegarse en el castillo que ha fundado y calcular su próxima zarpada. ¡El laurel no siempre coronará nuestras sienes! Esta reflexión mandatoria, el poder obnubiló al Príncipe y no midió las consecuencias. ¡Humano es! Le recordaban siempre al triunfante gladiador al final de su combate, para que no se embriagara de aquel néctar victorioso.
Sin duda alguna, los vientos están soplando, pero soplan, anunciando la triste Fronda, que se avecina a lo interno del partido de la estrella.
Por Homero Luciano
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