martes, 18 de noviembre de 2014

Claves para ejercitarse en solitario



La motivación es la mitad del ejercicio. No es que sin ella no puedas entrenarte, pero te facilita las cosas. Sobre todo una vez que has perdido esa euforia del principio y ves que se trata de una actividad que requiere de tiempo y esfuerzo para ver resultados. Y mucho más si has decidido hacerlo por tu cuenta, sin un instructor que te arengue a realizar los últimos cinco abdominales.

La música, gran aliada de quienes entrenan en soledad. La música, gran aliada de quienes entrenan en soledad. Foto: Thinkstock. Cuanto más motivada estés, mejor preparada estarás para alcanzar tus objetivos de entrenamiento, asegura el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM, por sus siglas en inglés). Algunas de sus recomendaciones son:

Visualiza tu objetivo. Mientras entrenas, ten en mente una imagen clara de lo que quieres lograr, ya sea bajar de peso, tonificar tal o cual región, o hacer tantas series de sentadillas.

Lleva un registro de tus progresos. Apunta tu peso, las series de ejercicios que vas alcanzando, la distancia recorrida, etcétera, para alentarte a ti misma.

Recompénsate. Que no sea una golosina, claro. Pero sí una nueva falda, una película y, por qué no, un gran ramo de flores. Guía para corredores solitarios Correr es fantástico. Pero, a veces te agobia saber que cada día harás el mismo recorrido, que verás los mismos rostros y edificaciones. Puedes hacer algo para cambiarlo. La revista Runner’s World te acerca esta sugerencia: si siempre corres sobre asfalto o en circuitos de centros deportivos, prueba hacerlo por senderos desconocidos.

Esto hará que te distraigas observando cosas nuevas y tu cuerpo experimentará otros movimientos. No lleves auriculares, así podrás escuchar los sonidos de la naturaleza (y las bicicletas o personas que podrían chocarte también).

Y por supuesto, musicaliza tu rutina

Para que cualquier actividad en solitario se convierta en una verdadera fiesta, el Consejo Americano de Ejercicio (ACE por sus siglas en inglés) propone elegir la música teniendo en cuenta lo siguiente:

El compás. Eso que sigues cuando tus pies parecen moverse solos bajo la mesa acompañando la canción. Tu cuerpo lo va internalizando y contribuye a que tus movimientos sean más coordinados y eficientes.

El ritmo. Lo que hace que tu cabecita se mueva o que saltes de la silla cuando suena determinado tema. Depende del estilo musical: clásico, rock, salsa, merengue, hip hop o rap. Hazte una lista de canciones y llévala en tu reproductor de música cuando salgas a correr, o ponla a todo volumen en tu habitación cuando te ejercites.

Para que tu energía no decaiga, a estos tips súmales una buena alimentación. Y, por supuesto, consulta a tu médico antes de implementar cambios en tu rutina deportiva.

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