Nacen, mueren y emigran más que en RD

Existe la impresión de que Haití es el país que más población aporta a la Isla de Santo Domingo. Ello se deriva del hecho de que la tasa global de fecundidad, es decir, el número de nacimientos por cada mil mujeres en edad fértil (15 a 49 años) es mayor en Haití (3.1) que en RD (2.5). Esto significa que Haití registra aproximadamente 259 mil nacimientos anuales, equivalentes 1.19 veces el registro dominicano de 217 mil nacimientos anuales.

Las proyecciones de la CEPAL indican que entre 2030-2035 ambos países tendrían una tasa global de fecundidad de 2.1, que sería la tasa de reemplazo si la esperanza de vida al nacer se hubiera estabilizado, cosa que no parece que ocurrirá hasta bien avanzado el siglo XXI, ya que todavía hay mucho espacio para mejorar, considerando que en 2013 el techo de la esperanza de vida al nacer la tenía Japón con 83.6 años mientras que RD tenía 73.4 años y Haití 63.1 años.

A pesar de tener Haití una mayor tasa de fecundidad, también registra mayores tasas de mortalidad y de emigración que RD, lo que determina que el aporte anual a la población a la Isla es mayor en RD que en Haití.

En Haití la tasa bruta de mortalidad (promedio de muertes por cada 1,000 personas en un año) en el quinquenio 2010-2015, es 8.9 por cada mil personas, equivalente a 1.46 veces el promedio de RD de 6.1. Esto implica que en promedio mueren en Haití 91 mil personas anuales mientras que en RD fallecen 63 mil personas anuales.

La tasa de migración neta (el saldo entre los que emigran e inmigran en un país en proporción a la población media en un año) es en Haití 1.55 veces más elevada que en RD entre 2010-2015. La combinación de los nacimientos, los que mueren y el saldo migratorio determina que RD aporta en el quinquenio 2010-2015 alrededor de 126 mil personas anualmente mientras que Haití aporta 125 mil y en las 6 décadas que van desde 1950 a 2013, el aporte de RD a la población de la Isla ha sido 7.9 millones de personas, 1.13 veces el aporte de Haití (7 millones).

Estas proyecciones suponen que en largo plazo la fecundidad, la mortalidad y la migración neta se reducen, lo cual implica que mejoran las condiciones de desarrollo y bienestar de la población en ambos países. Ojalá así sea.

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