lunes, 29 de septiembre de 2014

¿Cuál es nuestro problema con el dinero?



Nuestro problema con el dinero es sencillo, pero no simple. Para colocarlo en el lugar que corresponde – esto es, que el dinero sea un instrumento que usamos para facilitar el bienestar y no una fuente de estrés e infelicidad – sólo tenemos que hacer un cambio de perspectiva. Y, sin embargo, este ajuste no es fácil, pues requiere descontinuar conductas que, de tan cotidianas, han llegado a ser reflejas.

Lo que tenemos que corregir es el criterio respecto del cual tomamos todas nuestras decisiones. Este criterio es el ingreso. O bien – y esto tiene aún peores consecuencias – la suma del ingreso más el crédito.

Ambos elementos, ingreso y crédito, son importantes – uno es fundamental para el bienestar, el otro puede ser una palanca muy útil – pero son inadecuados como referencias únicas para tomar nuestras decisiones de consumo, adquisición y hasta de inversión. En el mejor de los casos, decidir sólo sobre la base del ingreso y del crédito nos hace vulnerables a los riesgos de la vida, por no decir que puede llevarnos directamente a la iliquidez y al sobre endeudamiento.

Para que el ingreso tenga oportunidad de convertirse en riqueza, las referencias deben ser otras. Por un lado, nuestro costo básico, el cual debe ser una decisión consciente que permita la producción de excedentes, y no una ocurrencia que es consecuencia del tamaño del ingreso. Y, por el otro lado, el ahorro,que debe ser el elemento regulador de nuestro bienestar.

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