jueves, 23 de enero de 2014
Texas ejecuta a Édgar Tamayo pese a objeciones de Washington y México
El gobierno de México pidió una revisión del caso. El Departamento de Estado de EE.UU. solicitó un retraso en la ejecución. La Corte Internacional de Justicia de La Haya acusa a Estados Unidos de violar normas de derecho internacional. La familia del condenado esperaba una llamada de última hora que evitara su muerte. Sin embargo, nada de esto funcionó.
El mexicano Édgar Tamayo fue ejecutado la noche de este miércoles mediante inyección letal en una prisión de Texas, Estados Unidos. Con esto, se convierte en el décimo primer mexicano en recibir la pena capital en ese país desde 1926.
Tamayo, de 46 años, condenado por homicidio, fue ejecutado a las 21:32, hora local. Una periodista que fue testigo de la aplicación de la pena de muerte a Tamayo, indicó que murió tranquilamente y que incluso se negó a dar una declaración final antes de su ejecución.
Hubo "un silencio absoluto, un ambiente frío", dijo la periodista de un semanario en Houston. El gobierno de México dice que la ejecución de Tamayo viola el derecho internacional, por cuanto no fue informado de su opción a pedir asistencia legal en el consulado de México cuando fue arrestado.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, había pedido al gobierno del estado de Texas, en un gesto poco común, que retrasara la ejecución.
Organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch también pidieron al gobernador de Texas, Rick Perry, que indultara a Tamayo, toda vez que las apelaciones ante distintos tribunales habían ido fracasando. El último rechazo llegó de la Corte Suprema de Justicia y el 5° Circuito de la Corte de Apelaciones, que consideró que una apelación para que se considerara a Tamayo como discapacitado mental y, por tanto, inelegible para la ejeución, llegó demasiado tarde.
En enero de 1994, Tamayo disparó y mató al agente de policía Guy Gaddis, de 24 años, tras ser arrrestado por Gaddis por un robo. Tamayo residía en EE.UU. como indocumentado. Gaddis, que era miembro de la policía de Houston desde hacía dos años, conducía a Tamayo y a otro hombre cuando recibió tres disparos en la cabeza y el cuello con una pistola que Tamayo había escondido en sus pantalones. John Kerry, secretario de Estado de EE.UU. “Esto es una cuestión de proceso y puede afectar la manera en que se trata a ciudadanos de EE.UU. en otros países”, dijo Kerry.
"La pena máxima"
Los abogados de Tamayo y las autoridades mexicanas aseguran que Tamayo estaba protegido por la provisión de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963, que permite a los ciudadanos que son arrestados en un país diferente al suyo recibir asesoría legal de sus consulados. Pero Tamayo no fue informado sobre su derecho a pedir asistencia consular.
Mexicanos ejecutados en EE.UU.
1. Agapito Rueda, silla eléctrica, 1 de noviembre de 1926, Texas.
2. Emiliano Benavides, silla eléctrica, 8 de agosto de 1942, Texas.
3. Ramón Montoya Facundo, inyección letal, 25 de marzo de 1993, Texas.
4. Irineo Tristán Montoya, inyección letal, 18 de junio de 1996, Texas.
5. Benjamín Mario Murphy, inyección letal, 17 de septiembre de 1997, Virginia.
6. Miguel Ángel Flores, inyección letal, 9 de noviembre de 2000, Texas.
7. Javier Suárez Medina, inyección letal, 14 de agosto de 2002, Texas.
8. Ángel Maturino Reséndiz, inyección letal, 27 de junio de 2006, Texas. 9. José Ernesto Medellín, inyección letal, 5 de agosto de 2008, Texas. 10. Humberto Leal García, inyección letal, 7 de julio de 2011, Texas. 11. Édgar Tamayo, inyección letal, 22 de enero de 2013, Texas.
Además, según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México de 2011, hay al menos 58 mexicanos condenados a la pena de muerte en Estados Unidos.
Sus abogados aducen que dicha asistencia habría sacado a la luz pruebas que refutan el cargo de homicidio de primer grado o que lo habrían alejado de la pena de muerte. Tamayo estaba en EE.UU. en situación irregular antes del crimen y las autoridades de Texas sostienen que sus procedimientos fueron acordes con las normas de la Corte Suprema del país.
"No importa de dónde seas", dijo Lucy Nashed, portavoz del gobernador de Texas, Rick Perry. "Si cometes un crimen despreciable como éste en Texas, estás sujeto a nuestras leyes estatales, incluido un proceso justo con un jurado y una posible sentencia a la pena máxima".
Pero John Kerry pidió a las autoridades de Texas que retrasen la ejecución por inyección letal para poder revisar si la falta de acceso a la asesoría consular pudo haber contaminado el resultado del caso. En una carta a las autoridades estatales, el diplomático de mayor rango de EE.UU. expresó que "no tenía razones para dudar de los hechos de la condena de Tamayo" pero que estaba preocupado por el posible impacto del caso en las relaciones entre EE.UU. y México y en el trato futuro a los estadounidenses en el extranjero. El martes, la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, dijo: "Si nosotros mismos no mantenemos estas obligaciones, será mucho más complicado para nosotros pedir a otros países que lo hagan".
El exgobernador de Texas, Mark White, también pidió una revisión, al escribir en el periódico local Austin American-Statesman que cree en la pena capital pero que "este caso no trata sobre si apoyamos o rechazamos la pena de muerte. Trata sobre la justicia y la garantía de que los tribunales conozcan todos los datos clave".
Édgar Tamayo
Los abogados de Tamayo alegan que no recibió información sobre su derecho a la asistencia consular. El gobierno mexicano había advertido que si Texas no revisaba el caso ni reconsideraba su sentencia, esto sería "una clara violación por parte de EE.UU. de sus obligaciones internacionales".
Sentencia de La Haya
Tamayo forma parte de un grupo de cuatro decenas de ciudadanos mexicanos que estaban a la espera de ejecución en EE.UU. en 2004 cuando la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Holanda, sentenció, en el llamado fallo Avena, que no habían sido informados de manera adecuada de sus derechos consulares.
El expresidente de EE.UU. George W. Bush, ordenó a Texas y a otros estados que revisaran dichos casos, pero la Corte Suprema del país falló a favor del estado en 2008, al decir que el presidente no puede aplicar de forma eficaz la sentencia de La Haya, y dejó en manos del Congreso la posibilidad de legislar al respecto. Otros dos hombres que pertenecían al grupo del caso de La Haya, José Ernesto Medellín y Humberto Leal García, fueron ejecutados pese a las objeciones de México.
Texas ejecuta a más criminales que cualquier otro estado de EE.UU. El año pasado fueron ejecutadas 16 personas, en comparación con siete en Florida, el estado que ocupa el segundo lugar en este ránking.
México lamentó la ejecución de Édgar Tamayo. En un comunicado la Secretaría de Relaciones Exteriores dijo que la ejecución "viola la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares y contraviene el fallo de la Corte Internacional de Justicia dictado en el Caso Avena", de 2004.
Esta resolución ordenó a Estados Unidos revisar y reconsiderar las sentencias de pena capital impuestas a Tamayo, así como a otros 50 mexicanos también sentenciados a muerte y a quienes el gobierno de Texas les respetó su derecho a la notificación y asistencia consular. La Cancillería también pidió que se evite la ejecución de otras condenas "en desacato del fallo Avena". Este miércoles un grupo de personas realizó una protesta frente a la embajada de Estados Unidos en México, así como en la oficina de representación oficial de Texas, ambas en la capital del país. En la casa de los padres de Tamayo, en Morelos, amigos y familiares se reunieron para orar "a la espera de un milagro" que no ocurrió.
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