viernes, 17 de enero de 2014

Cuando los ciudadanos se hartan de su síndico



Lo que está ocurriendo en el barrio obrero de la ciudad de Burgos, (España) conocido como Gamonal, debe llamar la atención de los ciudadanos del mundo y de los profesionales del urbanismo. Es una repuesta de la ciudadanía contra la transformación de una antigua carretera nacional que atraviesa ese barrio, en un “bulevar” con la construcción de un parqueo subterráneo, a un costo de 8 millones de euros. Ya van cuatro noches que sus vecinos han salido a la calle para impedir el inicio de la obra, quejándose del monto de la inversión prevista, que consideran faraónica, en un barrio que necesita de todo.

Ese bulevar es el eje principal de una renovación urbana que terminará, es común en eso: por ser una “buena ganga” para su mentor, un acaudalado empresario de la ciudad, propietario de un importante medio de comunicación, revalorizará los precios de la tierra urbana, y sobre todo, reducirá de cuatro carriles a dos para construir en el medio una vía peatonal y de bici y por fin, eliminará los parqueos de ambos lados que se sitúan al pie de los edificios que bordean. Es una cirugía estética, no prioritaria, en una España en crisis y en un barrio obrero donde sobran las necesidades, castigado por el desempleo y donde la población vive de la solidaridad. La población explotó, dice que está harta y dice No, no quiere el bulevar, no quiere contribuir a la especulación inmobiliaria y a los antojos de un magnate inmobiliario que tiene suerte en esa ciudad, ya que gana todos los concursos.

El barrio de Gamonal se ha convertido en los últimos días en un símbolo de resistencia para toda España. Desde el pasado viernes, los vecinos son portavoces de las frustraciones contenidas, del hastío que embarga a una población castigada por los recortes infligidos por el gobierno central. Un problema local desemboca en un problema nacional.

La obra llega a un mal momento. Los vecinos están hartos de que el ayuntamiento actué a su costa, sin priorizar y lo haga con el dinero de todos y sin consultas. Es algo común desde hace años en ese ayuntamiento, que ha cedido a la corrupción urbanística. Gamonal se rebela contra la crisis, contra la especulación y el enriquecimiento de algunos. Ese ejemplo de ciudadanización de las organizaciones vecinales hará reflexionar a más de un síndico de ahora en adelante.

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