lunes, 3 de junio de 2013
El sexo precoz es un riesgo, haya o no embarazo
Independientemente de las diferencias, la Iglesia católica y las organizaciones no gubernamentales involucradas en la orientación sexual de los adolescentes tienen en común la certeza de que es fundamental posponer la primera relación. La palabra clave para todos es educar.
Pero, ¿da resultados incentivar a los muchachos a que retrasen la primera vez? ¿Vale la pena intentarlo?
El ginecólogo y director del Consejo para el Vih-Sida, Víctor Terrero, afirma que sí y explica por qué.
“La edad ideal para iniciar las relaciones sexuales es entre los 19 y los 20 años, cuando el tejido óseo alcanza su madurez. Por debajo trae consecuencias, anatómicas, problemas orgánicos que afectan el nivel de crecimiento. Iniciar temprano produce daños incalculables”, sostiene.
Terrero expresa que, junto al Ministerio de Educación, instruyen a los adolescentes en 2,200 escuelas con programas afectivos y sociales y con capacitación para desarrollar inquietudes, para que se formen y ocupen.
Indica que ese trabajo, que abarca sexualidad, y violencia de género, se extenderá hasta el primer semestre de universidad.
Riesgo. La terapeuta sexual y de pareja Mirtha de León alerta que el sexo precoz es un riesgo, haya o no embarazo.
“Ni emocional ni físicamente el adolescente está listo para tener relaciones sexuales. Es una etapa de cambios en todos los aspectos. El cuerpo no está maduro, las emociones tampoco”.
Está consciente de que factores sociales como la música y la presión de grupo incitan al sexo, por esto recomienda a los padres orientar fuera del morbo, y usar los factores en contra para hacer ver que lo correcto es tomar decisiones propias, alejadas de influencias negativas.
De León asegura que los muchachos con proyectos de vida inician más tarde la actividad sexual, porque no la necesitan como refugio. Por eso sugiere incorporarlos a actividades deportivas, culturales, educativas, literarias, comunitarias y religiosas, que les permita sentirse útiles. “Buscan en el sexo lo mismo que en las drogas y en las pandillas, protección, afecto, pero si se les da una razón se convertirán en seres humanos seguros, valiosos”, afirma.
Integral. Lo mismo piensa la ginecóloga y activista social Liliam Fondeur, quien considera que la educación es la mejor herramienta para que pospongan la vida sexual.
“Cuando se les habla de los efectos de las drogas no se acercan a ellas, igual pasa con las relaciones coitales, si informamos los riesgos de tener relaciones sexuales a temprana edad, podríamos reducir los embarazos, pero muchas veces las niñas son violadas”.
Considera que hay mucho permiso para la sexualidad, la música invita, las mujeres que bailan semidesnudas en la televisión también, por lo que cree que el Estado es responsable de velar y de dar una educación sexual laica.
Asegura que las ONG que trabajan con mujeres enfatizan en la educación como pilar que les enseña a usar su cuerpo cuando decidan, y que busca que se postergue la primera vez, pero que si no es así, fomenta que usen el condón para salvar sus vidas. Lamenta que las farmacias del pueblo no vendan anticonceptivos.
Cree que es fundamental explicar a los niños que no se dejen tocar y que el sexo debe esperar por todas las complicaciones que puede tener para la salud.
Con la ciencia
El psiquiatra Secundino Palacios cuestiona que no haya una educación integral y que los responsables de darla no profundicen. Considera que el Estado, la familia, las ONG y las iglesias se quedan cortos, lo que define lamentable.
“Hay que explicar por qué se debe postergar, no en base al miedo, sino a la ciencia; decir, por ejemplo, cómo una relación temprana daña los órganos”, sugiere.
Indica que las estadísticas mundiales arrojan que el 80% de los jóvenes tiene sexo entre los 14 y los 18 años y advierte que la posposición de la primera vez solo la deciden los adolescentes cuando son educados.
Pero insiste en que para esto se necesita conciencia, porque nada se hace con posponer si de todos modos van desconocedores a la primera relación, ya que ahí también hay riesgos.
“Es que deben saber cómo funcionan los órganos sexuales, qué son las infecciones de transmisión sexual, qué es el periodo fértil. No es postergar por postergar, es que haya conciencia sobre los riesgos, que la educación vaya de la mano con la ciencia”.
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