viernes, 5 de julio de 2013

La sexualidad en adolescentes y jóvenes

Una de las cuestiones que despierta más desasosiego en padres de adolescentes es la sexualidad, desde los años de la preadolescencia muchos progenitores se interesan por saber cómo se puede abordar este tema desde el hogar. Los adultos centramos mayoritariamente nuestro interés en la prevención de los riesgos (embarazos tempranos, infecciones de transmisión sexual), pero esta resulta ser una visión muy sesgada de la manera en como podemos educar y ayudar a nuestros hijos. En los medios de comunicación de masas se transmiten en ocasiones ideas negativas acerca de la sexualidad en la adolescencia. Y es que parece que los mayores no le otorgamos demasiado valor a esta etapa tan bonita en la que se construyen diversas experiencias que años más tarde nos ayudan a convertirnos en adultos. Las ideas que os quiero transmitir provienen de un artículo publicado en la revista digital “Evidencias en Pediatría” editada por la AEP y la AEPap (2011;7:27.), se llama ‘La sexualidad en adolescentes y jóvenes’ (podéis acceder directamente desde el enlace) y está escrito por A. García Mañas y C. Martín Perpiñán, ellas son profesionales que trabajan en el ámbito de la salud. Los seres humanos somos sexuados y en cada uno de nosotros la sexualidad y el deseo están presentes desde que nacemos hasta que morimos. Por otra parte vivimos en una sociedad que promueve un modelo de sexualidad centrado en lo genital y lo reproductivo. Sin embargo la sexualidad humana precisa de una mirada renovada donde se resalte de manera positiva el hecho sexual como hecho humano que es y como fuente de sensaciones placenteras en lo físico y lo psíquico; donde la sensualidad, las caricias, el descubrimiento del cuerpo propio y del cuerpo del otro vayan tomando lugar y se amplíe a todas las posibilidades que se tienen de ofrecerlas En opinión de los autores este debería ser el mensaje sobre sexualidad que la sociedad transmitiera a los jóvenes, aunque no es así puesto que están expuestos a escenas de coito en parejas guapas, heterosexuales y jóvenes, demás todo rápido y no exento de cierta violencia. Nuestros jóvenes están fuertemente erotizados, tanto por el momento biológico que la pubertad supone como por la carga erótica de la sociedad en que vivimos y que se transmite por los medios de comunicación: en la publicidad, las películas, las revistas y, por supuesto, en Internet. Pero les enviamos un doble mensaje: “Esto está muy bien pero no para ti todavía”. Sin embargo, ellos toman sus propias decisiones. Los adultos, ¿realmente aceptamos la sexualidad de los jóvenes? Es frecuente que pensemos que “no son lo suficientemente mayores”, y con ello queremos expresar que no los consideramos responsables, sin embargo ‘la relación entre madurar en edad y aumentar la conciencia y responsabilidad depende del apoyo de personas adultas (entre otras cosas) . Podríamos ofrecer otra mirada que no estuviera “ensuciada” por nuestros juicios normativos entorno a lo que “debería ser”, ya que la sexualidad adolescente existe: los jóvenes se desean, buscan y encuentran, también se gustan o se aman y mantienen relaciones, que pueden ser plenas o frustrantes. No nos dejemos alarmar, por tanto, por noticias que promuevan una visión de los adolescentes como “descuidados”, “peligrosos” o “despreocupados”. Tienen las mismas inquietudes que los adultos y quizá necesiten el aprendizaje de más habilidades. Ese es el momento en el que el papel del profesional se hace imprescindible. Si hay algo que se torna importante es pensar “qué jóvenes vemos” para determinar “qué jóvenes educamos” y “qué juventud construimos”. Tenemos la oportunidad de capacitar a adolescentes para que asuman sus responsabilidades y actúen consecuentemente, en este punto deberíamos conocer y reconocer nuestras propias actitudes, a partir de aquí seguro que nuestra mirada cambia Recomendaciones en información, educación sexual y atención a la sexualidad adolescente Las autoras desde su papel como orientadoras sexuales entienden que el papel de los centros de planificación familiar no deberían dar “charlas” a los adolescentes, sino proporcionarles espacios para estar, preguntar (o no), pedir información y sentir que los adultos están a su disposición, todo esto no es posible desde consultas sobrecargadas. Por ello insistimos en que, como en el resto de Europa, se trabaje en la creación y desarrollo de centros específicos, consultas o espacios de anticoncepción y sexualidad para la etapa adolescente y se intente mantener lo poco que ya existe a toda costa. Bien es verdad que corren malos tiempos para inversiones, pero invertir en juventud Por otra parte (y como adultos) haremos bien si les ayudamos a tomar sus propias decisiones. Esto es posible cuando se conecta con las necesidades de los chicos y entendemos que nosotros mismos hemos recibido una educación sexual insuficiente y con muchas carencias. Una actitud comprensiva y abierta, en cambio, nos puede ayudar a conectar con ellos y que nos dejen entrar en su mundo para ser un punto de apoyo más, una importante ayuda. Sobre todo en cuenta que hay muchas formas de entender la sexualidad puesto que todos son diferentes entre ellos y tienen muchas cosas que aportarse. En lo tocante a sexualidad deberemos aprender a confiar y a creer en ellos, y también a asumir un papel activo desde el punto de vista de nuestras posibilidades de ofrecer apoyo y educación. Ellos deberán aprender a partir de sus errores, y también se enfrentaran a la necesidad de relacionarse en este ámbito: de intercambiar opiniones, decidir cuándo se mantiene una relación, respetarse / respetar o negociar el uso de preservativo.

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