JIMANI.- Las marcas de la pobreza dejaron entrever un atisbo de esperanza en el rostro de Octavia Florián Cuevas, tras recordar el inicio de los trabajos de construcción de un poblado modelo para trasladar a las familias que residen en Boca de Cachón, acto realizado el 4 de julio con la presencia del presidente Danilo Medina. La promesa es que estará listo en marzo de 2014.
Esta madre de cinco hijos, tres de los cuales el agravamiento de su pobreza hizo que los mandara a vivir con el padre, lleva sus 47 años de vida interactuando con el lago Enriquillo desde la casa donde nació y aún reside.
Recuerda que lo había visto acercarse y retirarse en otras ocasiones, pero esta última crecida ha sido tan devastadora que las 200 tareas en donde cultivaba, junto a su actual marido, plátano, rulo, arroz, habichuela y guandul, desaparecieron bajo sus aguas. “Perdimos 200 tareas, lo cogió to’ la laguna”, lamenta, al tiempo que la ve acercarse, amenazante, a su casa.
Su anhelo es que los trabajos de construcción del nuevo poblado avancen a buen ritmo y que puedan estar en un hogar seguro en la fecha anunciada.
El lago Enriquillo, que en 1992 estaba a 40 metros bajo el nivel del mar, hoy día está a menos 23 metros, lo que significa que sus aguas se han elevado 17 metros. Como el poblado Boca de Cachón se encuentra a 22 metros por debajo del nivel del mar, su situación es de emergencia. Debido a la proximidad del lago, muchas letrinas están construidas sobre cinco y seis líneas de block debido a que el agua está a pocos pies de profundidad, y por lo menos una casa de dos niveles ya fue rodeada por el lago, quedando sepultado su primer piso.
Alberto Pérez Cuevas, quien tuvo que vender 100 reses ‘a precio de vaca muerta’, al ir perdiendo las 350 tareas que poseía, cuenta que el agua del lago está a unos 100 metros de su casa y a un pie de la superficie. Hoy se dedica a la construcción. Forma parte de los obreros que trabajan en la edificación del nuevo pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario