jueves, 20 de febrero de 2014

Las responsabilidades del esposo y la esposa



Por Shelley Ritter

Al momento de la creación, Dios les asignó diferentes papeles al hombre y a la mujer. El hombre fue creado para trabajar y guardar el Huerto: •Génesis 2:15: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.”

La mujer fue diseñada para ayudar al hombre en sus tareas: •Génesis 2:18: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”

Ellos tenían dos papeles muy distintos. Sin embargo, ambos fueron creados a la imagen de Dios, y por lo tanto, sus papeles eran iguales en valor, pero diferentes en función: •Génesis 1:27: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

En la creación, todo era bueno en gran manera. Esto papeles fueron asignados antes de la caída. Después de la caída, Adán continuó proveyéndole a su familia (Génesis 3:17: “Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.”) y Eva, quien daría a luz los hijos y los criaría (Génesis 3:16, 20: “16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. 20 Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.”)

Los castigos debidos a la caída, no dictaron sus papeles; estos, simplemente complicaron los ya existentes papeles. Cuando Adán y Eva se escondieron, Dios llamó de primero a Adán, aun cuando Eva había cometido el pecado: •Génesis 3:9: “Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?”

Claramente, Dios colocó a Adán como el líder, sin embargo, Adán decidió ser pasivo. Eva tenía el papel de ayudadora, pero lo había violado, tomando el liderazgo: •Génesis 3:6: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.” En la caída, los papeles se habían invertido.

El modelo bíblico de los papeles dentro del matrimonio continuó a través del Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento los papeles no cambiaron, pero se les dio un énfasis especial de que el hombre y la mujer eran todavía iguales delante de los ojos de Dios: •Gálatas 3:28: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”

Y esto, a pesar de que funcionan de forma diferente dentro del hogar y la iglesia.

En el Nuevo Testamento, los papeles del marido y la mujer son simbólicos de Cristo y Su iglesia. Los hombres cristianos están para amar a sus mujeres, entregando sus vidas por ellas: •Efesios 5:25: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,”

Ellos todavía mantienen el liderazgo, pero este debe ser el de servidor líder. Los maridos no están para demandar obediencia, sino que están para guiar humildemente y darles honor a la mujer: •1ª Pedro 3:7: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.”

Bíblicamente, es claro que las mujeres no son vistas como ciudadanas de segunda clase, sino iguales con sus esposos, “y como a coherederas de la gracia de la vida…” Para el hombre, los papeles bíblicos continúan hasta el Nuevo Testamento: El hombre está destinado a liderar y servir amorosamente a su esposa.

La Biblia exalta la feminidad en el hogar y establece una gran importancia en esta: Tito 2 y Proverbios 31. Desde la creación, el papel de la mujer no ha cambiado. En Tito 2, Pablo recomienda a las mujeres que amen a sus maridos e hijos: •Tito 2:4: “que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,”

En la iglesia, las mujeres de más edad estaban para enseñar a las más jóvenes a que cuidaran de sus familias, incluyendo el cuidado del hogar: •Tito 2:5: “a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.”

Las mujeres deben seguir el liderazgo de sus maridos con respeto, escogiendo someterse a ese liderazgo: •1ª Pedro 3:1-4: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.”

Una mujer puede ser una gran bendición y ayuda para su esposo, así como Eva lo fue a Adán al principio de la creación. La Escritura no le prohíbe a una mujer trabajar fuera del hogar. Parecería que algunas mujeres tuvieron negocios (Proverbios 31). Pero la prioridad de una mujer es a su esposo, familia y vida hogareña.

Los hombres y las mujeres fueron creados con habilidades diferentes para llevar a cabo estos papeles bíblicos. Y cuando los esposos y esposas siguen el modelo bíblico dentro del hogar, ellos traerán gloria a Dios como una fotografía de Cristo y Su iglesia.

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