viernes, 11 de octubre de 2013

Si buscas pareja en Internet, empieza por abrir una hoja de Excel



Tiempo, organización y estrategia. "Buscar pareja en Internet es un trabajo como otro cualquiera", así me lo dijo una de nuestras invitadas a la tertulia de hoy. No puedes intentarlo una hora hoy, mañana, diez minutos y luego desaparecer. Otra cosa es apuntarse para conocer gente o para darle una alegría al cuerpo. En ese caso, la vida le sonreirá en casi cualquier circunstancia o web de contacto.

Pero si lo suyo es encontrar el amor, entonces tendrá que encontrar una aguja en un pajar. No son todos los que están ni están todos los que son. En Internet unos buscan pareja, y otros ... pues sencillamente no. Aunque están dispuestos a jurar que sí con la mano derecha encima de la biblia.

No se ponga en manos del azar y la casualidad. Siéntese a idear su plan y ejecútelo. Lo primero que tiene que tener muy claro es qué tipo de hombre o mujer le gustaría encontrar, luego aplique reglas y algoritmos matemáticos, leyes de la física cuántica y la ingeniería de datos y no se lo juegue todo a un solo candidato. Aplique en todos los casos la ley de las probabilidades. Mantenga la cabeza fría y no pierda de vista su objetivo final.

Aquí le traemos la obra de ingeniería de una chica, Amy Webb que después de tres años dándolo todo en Match.com y Jdate.com (un portal de contactos para judíos) concluyó que solo se le acercaban chicos contrarios a los que ella buscaba. Amy es un personaje real y es experta en Big Data. Ergo, tiene una mente cartesiana. Allí donde otras se hubieran hundido en la miseria, Amy detectó un error estratégico y aplicó sus conocimientos de estrategia digital a su objetivo vital: Encontrar pareja.

Y esto fue lo que hizo:

Amy creó diez perfiles masculinos imaginarios, los arquetipos de sus chicos ideales, y los subió al portal. Eran hombres alfa, perfectos, tal y como ella los había soñado. Amy, parapetada tras estos perfiles masculinos, se dedico a aprender de la competencia. Es decir de las chicas que se atrevían a interactuar con estos "dioses" (que solían ser las que tenían más éxito en el portal). Conoció (virtualmente) a 96 mujeres y catalogó su comportamiento, el lenguaje que usaban y el tiempo que tardaban en contestar un mensaje.

Con estos datos entendió cuáles habían sido sus errores y se construyó un super perfil que cumplía con todas las normas para ser una chica alfa ella también. En su nueva personalidad on line Amy era así:

Decía cosas como : "Me gustaría viajar …" o "Me haría ilusión ...". No era categórica ni demasiado vehemente. Mentía(levemente) sobre algunas de sus características físicas, la altura por ejemplo. Contrario a lo que podríamos imaginar se quitaba centímetros (conocedora de que los hombres mienten también, diciendo que son más altos). Hablaba en un tono informal ydesenfadado. Amy aprendió que su perfil se parecía demasiado a un curriculum, y ella estaba buscando novio, no trabajo. Dejó su perfil en 500 palabras que decían lo justo. Cuando alguien le envíaba un mensaje y ella estaban on line, respondía inmediatamente, tal y como hacían las chicas de éxito.

Casi nunca mencionaba su carrera profesional. Según las investigaciones de Amy, los hombres con carreras de éxito (los que a ella le interesaban) no se sentían atraídos por posibles competidoras. Se alisó el pelo y colgó una foto. Según sus investigaciones, las chicas de pelo rizado no tenían mucho éxito en la red. “No lo puedo explicar, no hay razones, yo solo menciono datos, y la mayoría de los hombres prefieren mujeres con el pelo largo y liso”, cuenta Amy en un libro sobre su historia que se publicó en enero en Estados Unidos con el nombre Data, A Love Story: How I gamed Online Dating to Meet My Match.

Con estos pequeños cambios, Amy consiguió a la primera más de 60 flechazos de candidatos bastante cercanos al perfil de hombre que ella buscaba. Uno de ellos era judío y a ella le pareció particularmente inteligente y divertido. La historia como en las películas de Disney acabó en felicidad absoluta, pero realmente no fue el amor, al menos no fue solo el amor, fue una obra monumental de ingeniería de datos.

Así que si lo suyo es buscar el amor, confíe en los algoritmos y los datos, ponga manos a la obra y no pierda tiempo con candidatos que no la (o) merecen.

No hay comentarios: