miércoles, 3 de julio de 2013

¡Más mentiroso que buenmoso!

A esta fecha ya prácticamente todos conocemos la entretenida historia del chico árabe que por bello habría sido expatriado… Digna de contar en un guión de Disney, que por cierto, tiene mas princesas renombradas que príncipes en su filmografía, así que este bien podría llegar a ser una opción beneficiosa para llevar de la realidad a la ficción. Un príncipe que agota un proceso inverso hasta convertirse en sapo como castigo de una bruja malévola por hablar mentiras. Lo cierto es que al difundirse viralmente la información sobre Omar Borkan Al Gala en las redes sociales no se comentaba otra cosa, un modelo y fotógrafo realmente atractivo. Imagínese usted con un numerito de lotería que gusta, todos quieren apostar a el, pues lo mismo sucedía en las reuniones sociales, la pregunta obligada era: pero como es posible que te expulsen de un país por ser buenmoso? Y realmente lo es, así que por este lado del mundo resultaba increíble tal versión, sin embargo todos nos dedicamos a esparcir el hecho sin verificar fuentes ni confirmarlo como información. En tiempos como este, donde el mundo es un pequeño pañuelo gracias al alcance de internet y la inmediatez de las redes sociales, hablar por hablar es un grave pecado, pues con sólo un click cualquier información queda confirmada o desmentida. De ahí que los comunicadores debamos replantear que tan correcto sea el uso que le damos a tan poderosa herramienta; estamos cumpliendo el deber de informar con veracidad o en el afán por ser el primero en publicar el suceso lo que hacemos es sepultar el criterio y la credibilidad? Bien cabe analizar esto último. Por lo pronto, en el caso del indiscutiblemente bello fotógrafo y modelo árabe, nunca fue expulsado como el mismo había contado, simplemente se le amonesto por bailar de forma inapropiada según las normas y costumbres de su país. En fin, Omar Borkan Al Gala resulto ser más mentiroso que buenmoso y definitivamente una mente muy creativa, que como resultado obtuvo más fama de la que jamás pensó quizás tener, utilizando a su antojo la filosa arma del poder mediático. Penosamente, aunque beneficioso resulte el acceso ilimitado al cyber mundo, es letal que este en manos de cualquier inescrupuloso que peca por no saber el invaluable daño que puede causar. Por suerte en este caso resulto mas que entretenido el cuento que el mundo se creyó y que sí a alguien ha de dañar sería a su propio protagonista por tener la lengua más larga que una rana atrapa moscas.

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