martes, 16 de julio de 2013

Celos: diferencia entre hombres y mujeres

A hombres y mujeres, los celos afectan a todos. Sin embargo, ¿este sentimiento se expresa del mismo modo en ambos sexos? ¿Acaso las mujeres son más posesivas? Aquí te presentamos algunas especificidades de los celos en los terrenos masculino y femenino… © ThinkstockLos celos son un extraño sentimiento que toma posesión de una persona enamorada porque ésta teme que su amante le puede traicionar. Justificada o no, esta inquietud parasita violentamente la relación. Cada vez que la pareja mire a otra persona, cada cita, aunque sea anodina, es motivo de sospecha. Pero las razones que conducen a los celos no siempre son comunes en ambos sexos: mientras que la mujer celosa se angustia porque la abandonen a su suerte, el hombre vive los celos como una pérdida de su poder. En ambos casos, sin embargo, la persona celosa persigue con odio a su pareja, y, además, a la hipotética (o hipotético) rival. La mujer, seductora al acecho Para la mujer celosa, el amor está acompañado de la siguiente pregunta: “¿Me quiere verdaderamente por lo que soy?”. Ya sea debido a una falta de seguridad en sí misma o a un deseo desmesurado de posesión, los celos femeninos se construyen sobre la idea de que toda mujer tiene una rival; la mujer celosa evalúa a las demás mujeres, tal y como imagina que lo hace el hombre, porque considera que le acecha la traición. Su miedo a que la abandonen es tan violento como el deseo inconsciente de dominar al hombre por su exigencia amorosa. El hombre y el ejercicio de poder El hombre celoso teme, por encima de todo, que otro toque a su mujer, que disponga de su cuerpo y que, durante un breve momento, la “posea”. Cuando su pareja muestra su encanto, él cree que busca satisfacer a los demás, y esto, en general, no lo soporta: vive esta agresión (aunque sea imaginaria) como una pérdida de su virilidad. El celoso aceptaría que su mujer le abandonara, pero jamás podría admitir que fuera por otro. Al mismo tiempo, se imagina a este otro, sea virtual o no, como una persona que posee el poder sexual que él ha perdido. Acoso psicológico, violencia física Las personas celosas, ya sean hombres o mujeres, atormentan a su pareja, pero cada uno usa métodos distinto: La mujer celosa busca pruebas materiales: olores y perfumes poco habituales, un documento olvidado en los bolsillos de la ropa, o quizás espiar el teléfono móvil de su pareja. Al mínimo indicio, su actitud se exacerba hasta creer que en cualquier momento la abandonarán. Llora, amenaza… Se esfuerza en descubrir a su rival para poder desestabilizarla y desvalorizarla a ojos de su pareja. Finalmente, no duda en cerrarle la puerta en sus narices a la persona que creía amar y lo rechaza sin darle el derecho a hablar. El hombre celoso vigila la apariencia de su mujer y controla su empleo del tiempo, como si ella fuera una aprendiz de él mismo. Cualquier transgresión de las costumbres provoca una avalancha de comentarios y preguntas. Limita su autonomía, su vida gira alrededor de ella y aísla a los amigos y familia. Si además tiene pruebas de una traición, puede adoptar una actitud violenta, humillando a su pareja o demostrando su fuerza. No deja de dominarla, por todos los medios, porque por nada del mundo piensa renunciar a ella. En cualquier caso, se trata de una tentativa desesperada para realizarse en un amor imaginario que provoca, casi siempre, sufrimiento, tanto en el caso del hombre como en el de la mujer.

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